7 de enero de 2009

Dime amistad

Nosotros somos, o éramos amigos del colegio. Ahora sólo somos compañeros de pasión, amigos de la carne y peregrinos del deseo. Nuestra amistad colegial nunca resaltó de entre las tantas que ya existían en nuestro año, sin embargo hoy no sé en que momento nació todo esto. Es decir, recuero bien cuando y dónde comenzó, sólo que no se porqué.

Mi novia y yo teníamos cerca de tres meses y terminamos, yo, como siempre, estaba un poco aturdido y algo meditabundo. Pero esa noche era el cumpleaños de un amigo del colegio, un buen amigo él; no podía faltar. Me arreglé con poco cuidado y al llegar me encontré con amigos del colegio que hace un buen tiempo no veía. Algunos tenían el cabello más largo, otros no tanto y los demás seguían iguales. Pero ella, ella se acercó y me saludó como los buenos amigos que éramos. Tragos, canciones y más humo del que ya había. La casa estabaa sola, tenía tres pisos y el primero ya estaba lleno.

Me gusta bailar con ella, yo la entiendo y ella entiende mis pasos. Tomamos juntos y ella me sigue entendiendo. Siempre pensé que tenía buen cuerpo, cintura pequeña y caderas anchas. Tiene mirada fuerte y una gran manía por quitarme las cosas. Ese día agradecí esa manía ya que después de tomarnos muchos tragos, subimos al tercer piso y luego de encontrar un sofá un poco escondido lo primero que me quitó fue la correa. Se sentía fresca, era muy excitante y estar ahí, arriesgándonos a que alguien suba lo hacía más excitante aún. Yo estaba sobre ella, pero éramos uno solo, un solo movimiento, una misma respiración. Su cabello me amarraba a su pecho mientras mis manos amarraban su espalda a mis caderas, sus piernas me atrapaban y me soltaban mientras ella perdía la mirada al vacío y yo la perdía en su cuello. Se levanta y me hace perseguirla, juega conmigo porque sabe que la quiero tener esa noche, nos olvidamos de la amistad y sólo nos entregamos al deseo. Ya no reconozco a esa quinceañera que me hacía juegos mientras estudiábamos para algún exámen. Ahora sólo hay una mujer que me llama con sus manos y me besa con desenfreno mientras me deja tocarla con todas las ganas que no sabía que tenía.

Comenzó y aunque cada vez que pasa me arrepiento sé que no me voy a cansar. Ayer fui a visitarla a su casa, estaba sola y mientras veíamos tele para disimular por lo que estábamos ahí, a ella se le ocurrió jugar con el control remoto, y a mí se me ocurrió intentar quitárselo para seguirle el juego. Otra vez el mismo juego de siempre, nuestro deseo se desencadena, mis manos la recorren por pocos. Ahora estoy aquí y aunque ahora no la deseo para nada sé que cuando veo su cuerpo, su figura que se hace desear, hay algo que nace en mi cuerpo, algo que ella sabe que tengo y de lo cual se jacta.

4 comentarios:

Dolores dijo...

Hijo, hablando de amistad, no quieres salir con kathy?
jajajaja.

Beso ^^
Tu madre (la famosa, ahora manager)

Karla Galaviz dijo...

jajaja
shiiiit me hiciste imaginAr mil cOsas! wAáh! esO sUele pasar jaja >< sEé! eso de empezar a jUgar cOn cOsas infatiles cOmO empezar a gOlepar el abdOmen y abrazar y patear jaja siempre lleva a lO mismO :D

cUidathE! y cUida a tU amiga :P
jaja

=)
chaU

Sofia dijo...

jaja

eso d seguir el juego xD!

son cosas que pasan...

Saludos!

and.

Maxtian dijo...

Jajaja. Creo que a la gran mayoría ( si no son todos) nos gusta dejarnos llevar por el juego de la seducción... jejeje...

¡Saludos!