21 de febrero de 2009

Que chucha yo.

Hablaa... desde el 2 de febrero que no posteo nada y como no tengo ni la creatividad ni las ganas para escribir algo estoy haciendo esto pa' llenar el espacio nomas y no sentirme tan vago. Es que es jodidìsimo llevar un curso en verano, te mata el verano. Ademàs de que siempre dejo todo para ùltimo momento, osea que recién estoy leyendo todo lo que debì de leer hace un mes; es decir, me quiero meter todo en dos dìas, ojalà pueda.

Leo uno que otro blog y me da una envidia maldita, ya que por alguna razón estos días estoy tan vago que cuando intento escribir algo a las cinco lìneas ya se me fueron las ganas. Bueno, el lunes es mi final; espero aprobar, después dormiré como un loco calato todo el día y cuando haya recuperado fuerzas volveré con un cuentito que tengo pensado pero que se me hace demasiado largo para hacerlo ahorita con toda la flojera que tengo encima. Ya prometí que en la noche iría al cumple de una amiga asi que tendré que ir, es que pa tonear las fuerzas vuelven pe' ; pero sólo para eso. Me tomaré un energizante porque me estoy cagando de sueño. Alaoz.

2 de febrero de 2009

Sofía, donde estás?

…Sofía regresó de París antes de lo previsto y no lo supe hasta hoy. Estaba almorzando y me llamó, no hablaba con ella hace tiempo, lo que nos tenía bastante distanciados. Me invitó a vernos y se me pasó por la cabeza decirle que no, pero el corazón traiciona y las palabras te salen sin querer:

-Sí, quiero verte-

Dejé la comida tirada y me alisté lo más rápido posible. El camino a su casa no es tan largo, pero cada minuto que pasaba el corazón me latía más rápido. Sabía que la vería y sólo podría darle un beso en la mejilla, nada más. Pero me moría por decirle que todos los días que han pasado desde que se fue he pensado en ella, he deseado como nada en el mundo poder tenerla sólo un momento para mi. Poder decirle que la quiero y que la deseo como no se podría imaginar. Pero que no podía decirle nada para no pecar de “débil”. No podía decirle que deseaba sentir el perfume acosador de sus labios que me conquista y me adormece mientras ella disfruta una vez más tenerme donde ella quiere. No podía, se lo decía a todo el mundo, todos me escuchaban diciendo que la extraño demasiado, que me arrepiento de no haber hecho las cosas necesarias; pero a ella no podía decírselo. Sofía me posee, sabe que me tiene; sabe que podría tenerme con sólo decir una palabra, con sólo un gesto; pero yo lucho todos los días, desde que se fue, para que lo que siento no me venza y no me entregue como un animal indefenso.

El caminó terminó y ya estaba tocando la puerta de su casa. Tanta espera había terminado y aunque no sabía en que terminaría tantos sentimientos encontrados, sólo esperaba no sucumbir ante sus encantos tan rápido como siempre. Sofía abrió la puerta y estaba hermosa, tenía ese leve delineado negro en los ojos que me encanta y que hace que sus ojos sean como cárceles donde mi alma descansa. Es hermosa, y hoy estás más hermosa que antes. Me invitó a pasar y mientras nos sentábamos pensaba en que podía decirle para no verme tan impresionado. Le pregunté a qué hora llegó y porqué había adelantado su venida. Me respondió y luego nos quedamos callados. La miré a los ojos y quise parar el tiempo en ese instante, sólo quería verla mientras mi mirada se reflejaba en la suya y escuchar mi corazón que latía más fuerte que nunca. No me importaba si me rechazaba o no, pero me lancé a besarla y ella me siguió, extrañaba sentir sus besos mientras nuestra respiración se juntaba en una sola y se elevaba al viento para no separarse…

-Oye, ya levántate; vas a llegar tarde a la universidad-

Todo fue un sueño, Sofía sigue en París y yo la sigo extrañando en mi silencio.

Habla... ¿nos mojamos?

La reu bloguera terminó y al día siguiente, como ya se me está haciendo costumbre de los fines de semana, desperté en algún lugar que no es mi cama. La cama de L.A. me había albergado (gracias); Lola (la emo) y yo nos quitamos comiendo un helado (Inca Kola) que por cierto, está rico.

Eran las primeras horas del 1 de febrero, señal de que los carnavales ya habían empezado. Bajé del micro y comencé a caminar hacia mi casa. Aún eran las nueve y pico de la mañana así que caminé sin cautela ya que no creía que alguna fémina se levantara a esas horas a mojar a uno que otro tipo. Pero, como siempre, me equivoqué; ya estaba a una cuadra de mi casa escuchando musiquita y pensando en que debería de tener el hígado totalmente destrozado (eso que aún quedó una caja en casa e’ Lara) cuando sentí la espalada parcialmente mojada. Dos niñas desde su azotea habían osado hacer un tiro algo difícil, pero para mi mala suerte me dieron, a pesar de la distancia. Sólo las miré y seguí caminando; ni siquiera me molesté ya que de hacerlo, las pequeñas niñas habrían cumplido su cometido, joderme. Avancé unos cuantos metros y me reí, en realidad no me jodió mucho; es más, ese globazo me animó el día.

Los carnavales no me afanan tanto, pero son realmente divertidos. La ley dice que se puede dar hasta ocho años de cárcel por daños graves relacionados con los carnavales, pero no creo que mojar a alguna flaca que ande “apretadita” por la calle sea delito alguno. Ya sabes amiga, no uses ropa blanca por favor; que en la calle hay harto mañosón. Y tu “choche”, no seas abusivo puesss; no mojes a niñas indefensas, sólo a chicas “apretaditas”.

Ya me mojaron y hoy regresando de la universidad, vi a dos niños escondidos detrás de un muro esperando a una niña que se acercaba a ellos como si fuera la boca del lobo; la esperaban con un globo cada uno además de sus respetivas pistolas de agua que de pistolas no tienen nada. Apuré el paso y le dije:

-Ten cuidado, te van a mojar-
-Ah ya, me dijo-

La niña cruzó la pista corriendo y salvó su ropa seca; fácil tenía la misma edad de mi pequeña hermana por lo que no quise que la mojaran, ya que me imagino a mi pequeña jode-jode siendo “jodida” y me da cólera. Creo que fue mi buena acción del día. Ahora sólo esperaré el fin de semana para mojar a chicas “apretaditas”, no a niñas. Mientras tanto compraré mi talquito y mi pequeño betún, las municiones.

PD: Y a ti, ya te mojaron?